Es irónico cómo un móvil puede hacer cambiar tanto las cosas. Como os contaba en el post anterior, cuando estaba preparándome para cocinar, se me cayó el móvil y se rompió la pantalla, con tan mala suerte que ya no podía hacer nada con él.
Como os podéis imaginar, en un trabajo tan demandante como en el que estaba, mi móvil servía para múltiples tareas: como distracción, descanso, enseñanza, desahogo, comunicación, entretenimiento y desconexión (algo totalmente necesario cuando eres cuidadora permanente, no tienes con quien hablar y dedicas todas tus horas al cuidado de otra persona).