Pide un año que sorprenda,
que te encoja el corazón
y te colme de sonrisas,
que llores de alegría.
Volver puede que nunca fuera como imagináramos.
Quizá esa vuelta nos azote más que cualquier inconveniente y reto vivido en el extranjero.
Llegó julio y estando en Irlanda como os contaba, una mañana, buceando por la red, encontré mi siguiente plan que desembocaría en un largo periodo de luchas, desafío, crecimiento y confrontación sentimental y personal.
Semanas previas elegí cuidadosamente la fecha. Un 21 de julio.
El mismo 21 de julio, en el cuál, dos años atrás, comenzó todo. Un día que quebrantó mil dudas y unió a dos corazones. Mismo día en el que escribí este escrito, Renacer, uno de mis favoritos. E innumerables más siguieron de toda la inspiración que nació desde esa fecha y ese momento.
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