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Cómo es Varanasi, la Ciudad más Sagrada e Impactante de India a orillas del Ganges.

Había leído y oído mucho sobre Varanasi, pero lo que no sabía es cómo me iba a sentir.

Espero que con estas palabras y mi relato, puedas por ti mismo comprobarlo. Aunque, para realmente entenderlo y experimentarlo, no te va a tocar otra más que ir para allá.

No es tontería que miles de hindúes acaben en Varanasi para culminar sus vidas en el Ganges y librarse del ciclo eterno de las reencarnaciones, alcanzando así el ansiado nirvana. Para ellos, estamos hablando de palabras mayores y el alcance de la mayor aspiración que puedan tener, por su religión.

Sadhu, Varanasi

Muchas personas, sobre todo, en edad avanzada, inician un camino de peregrinación hacia Varanasi para así, poder descansar la mente y esperar la muerte.

Varanasi, también llamada Benarés, en el distrito de Uttar Pradesh, es una ciudad milenaria y sagrada donde las haya. Rincón de ritos y purificación. Cuyo río limpia las almas y garantiza una vida eterna en el Nirvana.

Río colmado también de todos los deshechos y pilar fundamental de la ciudad. Varanasi gira en torno al Ganges donde cada día, miles de personas, se acercan y se lavan en unas de las aguas más contaminadas del planeta.

Ahora, si quieres un relato más personal, te contaré mi experiencia, pero antes indicaré algún par de consejos sobre esta tierra tan sagrada.

Cómo llegar a Varanasi:

Se puede llegar a Varanasi en tren, bus o avión. Nosotros fuimos en tren, pero también depende de dónde estés. Varanasi se halla a 600 km de Agra, 800 de Nueva Delhi y 550 de Jhansi, desde donde salimos nosotros. También se puede aprovechar para ver Khajuraho, la cuna del kamasutra que queda a 400 km. La ida y vuelta en tren desde Jhansi nos costó 410₹/pers (menos de 6€).

La forma más rápida sin duda es el avión, por eso aquí te dejo el buscador de Skyscanner.

Dónde dormir en Varanasi:

Varanasi cuenta con multitud de alojamientos, hostales… No podía ser menos para una ciudad india tan visitada y con casi 4 millones de habitantes. Nosotros (un grupo de cuatro) nos alojamos en un hostal muy baratito llamado Golden Lodge (400 rupias por habitación, unos 2 euros y medio por cabeza). Si quieres ver todos los alojamientos entra en Booking. Aquí te dejo el descuento de 15€ para cualquier reserva. 

Nosotros al final acabamos comiendo en aquel hostal los dos días unos fideos chinos (noodles) bastante ricos, por miedo al mundo culinario exterior.

Mi experiencia-relato:

Era nuestro segundo mes de voluntariado en India y aprovechamos un finde para ver Varanasi en un día (con noche incluida). En ese momento, estábamos viviendo en la zona rural Barua Sagar, cerca de Jhansi.

El viaje iba a ser bastante largo, 15 horas de tren la ida, y otras 12 de vuelta, eso sin añadir los auto-rickshaw (tuk-tuks) previos y posteriores. En total, más de un día viajando. Por eso, no podíamos estar más tiempo visitando la ciudad.

Tren camino a Varanasi

Salimos un sábado por la mañana y llegamos a Varanasi sobre las 18h.

Qué hacer en Varanasi:

  • Ver la puja de Varanasi:

Aprovechamos la primera tarde de Varanasi para ver la ceremonia o ‘puja’, donde se ponen decenas de velas en el Ganges, se amontona la gente en las escalinatas o ‘ghats’.

Además de apelotonarse en los barcos para ver a unos brahmanes (casta más alta y sacerdotal de la India) realizar unos movimientos sincronizados con los brazos, con una pequeña pirámide de velas y con unos plumones.

A pesar de ser algo tan admirado, a nosotros se nos hizo un poco pesado. Era muy repetitivo, estábamos algo lejos y lo que más destacaba eran las cientos de personas ensimismadas en el rito. Algo cultural muy distinto.

Ese mismo día, al acabar el espectáculo, dimos una vuelta andando por la ribera. Volviendo a ver de nuevo bastante suciedad. Como ya se hacía tarde, regresamos a nuestro hostal para descansar.

  • Ver los Ghats de los Crematorios:

Al día siguiente, después de desayunar, aprovechamos a ver los crematorios, donde hubo un pequeño altercado con una foto de una compañera. Aunque la hizo muy disimulada y desde cierta distancia, no pasó desapercibida por el guardián, un hombre bastante escuchimizado que luego vimos en Youtube. Te dejo el enlace por si te interesa saber más: Cómo funciona el ritual de las cremaciones en Varanasi.

Nosotros sabíamos que estaba prohibido hacer fotos mientras se está incinerando, sobre todo, gracias a nuestro compañero, el más informado y prudente, con diferencia, del grupo.

Este hombre que pilló la foto, le dio una buena reprimenda y luego exigió una buena recompensa (cosa que sonó bastante a chantaje, pero se solucionó con un sincero perdón y unas pocas rupias). Después de ese altercado, nos fuimos de allí rápido. Como bien dijo el hombre, tomar una foto en el momento de la incineración era, para ellos, robar el alma.

La madera usada para las cremaciones

  • Paseo en barca por el Ganges:

Después de esa pequeña disputa, buscamos un barquito para dar el paseo obligatorio en el río más sagrado de toda India. En ese instante, decidiendo qué barca coger, es cuando vimos la imagen más dura e impactante de todo el viaje, el cuerpo inerte de un bebé flotando a las orillas del Ganges…

Como curiosidad, hay sólo 5 cuerpos que no se creman:

  1. Los niños menores de 3 años porque se considera que son almas puras y no necesitan purificación con el fuego eterno.
  2. Las mujeres embarazadas porque el niño que llevan en su vientre se considera alma pura.
  3. Los sadhus u hombres considerados santos como yoguis o brahamanes.
  4. Los leprosos, ya que consideran que el humo o las cenizas que se propagan pueden ser contagiosas.
  5. Los que han muerto por mordedura de cobra, ya que la cobra representa al dios Shiva, por tanto, su veneno es purificador.

Volviendo a nuestro paseo ya en la barca, a pleno día (era domingo por la mañana), comenzamos a ver la vida palpitante a las orillas del Ganges.

Miraras donde miraras, veías un montón de barcas, gente bañándose, lavándose, realizando ofrendas en el río o incluso bebiendo… (¡qué peligro!).

Allí los hindúes rezan, se sumergen en las aguas y purifican sus pecados, teniendo en cuenta también a Surya, el dios del sol.

A pesar de su contaminación, según la tradición, todo hinduista debe bañarse en las aguas del Ganges, por lo menos, una vez en su vida.

El paseo en barca fue, sorprendentemente, tranquilo, sosegado y bonito, disfrutando de una inusual calma en la ciudad donde se dice que creman 200 cuerpos sin parar cada 24h. Un fuego que azota perpetuo desde hace más de 3.000 años.

Así fue como, con nuestra barquita, (que por cierto, nos dio algo de pesar el hombre que no paraba de remar, pero como él mismo nos dijo, no necesitaba descansar ya que estaba acostumbrado), una hora después llegamos al segundo crematorio.

  • Sentir el momento previo a la cremación:

Justamente, estaban preparando la madera y esperamos un rato para ver cómo la encendían.

El bochorno y la atmósfera era tan cargada que no pudimos permanecer allí ni un segundo más. Con las primeras llamaradas y el olor a humo, abandonamos nuestra singular estancia.

La escena en sí atraía de una forma excepcional, quizás por su peculiaridad, pero había algo más profundo que captaba nuestra mirada y curiosidad.

El culto, el ritual, la ceremonia, esa unión sagrada de cuerpo y alma, la relación de vida y muerte, ese misticismo y empoderamiento del Ganges… tan lejos de nuestros valores y preceptos.

Observando cómo todas aquellas cenizas desembocan en un mismo lugar, el mismo donde tantos indios paran, por un momento sus vidas, para purificarse, lavarse, dar un último adiós o beber de ese mismo agua donde yacen tantos y tantos cadáveres.

  • Perderse entre sus rincones, sadhus y gente:

Varanasi tiene la mayor concentración de sadhus de toda India.

Un sadhu (Saa-dhu) es un asceta hindú o un monje que sigue el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación. Es la cuarta fase de la vida en la religión hindú, después de estudiar, de ser padre y de ser peregrino.

Tampoco podemos dejar de perdernos los rincones de Varanasi con su gente:

  • Descansar y asentar un poco la cabeza:

Varanasi es un lugar de agitación (muchas multitudes) o como poco, sorprendente.

Es diferente y aunque veas cosas similares en India, nada es como ese lugar, ni se le compara. Para algunos puede ser un horror y para otros un alucine. Pero cualquiera que sea de los casos, lo mejor es no juzgar y respetar. Yo pude disfrutar de esa escapada corta, pero significante.

Ahora, también hay que dar lugar a descansar y asimilar, sin que nos sobrecarguen todas esas nuevas e impactantes imágenes.

Nosotros, después del momento de la cremación, en ese día cargante de domingo, seguimos paseando y callejeando hasta volver de nuevo al hostal a comer y relajarnos.

Haciendo tiempo para nuestro tren de las 17:45, que menudo viajecito largo nos volvía a esperar. Esta vez, en turno de noche, en el que se convertiría nuestro habitual: sleeper train.

Por último, si quieres ver más lugares que visitamos, lo puedes hacer aquí: todos los posts sobre India.

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¡Buen viaje compañeros! ¡Saludos viajeros!

Ishtar’s Horizons

Ishtar: Luchadora y apasionada. Inquieta y soñadora. Amante de las emociones fuertes. Viajera y equilibradamente imperfecta. En búsqueda y captura de personas entusiastas y lugares extraordinarios.
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