Encontrar un nombre adecuado no fue tarea fácil.
Costó muchos quebraderos de cabeza e ideas descabelladas.
Quería dar con un nombre original, con algo de gancho y que transmitiera la esencia principal.
Un nombre que evocara viajar y libertad, que sirviera al objetivo de ‘persigue tus sueños’ y estuviera enfocado al lema de “sigue tu estrella”.
En este punto, entra en batalla mi nombre original, Esther. Como ya bien todos sabréis, significa estrella y su origen es hebreo. Pero como yo soy tan chula, preferí usarlo en su forma babilónica, como Ishtar. Empecé a utilizarlo como nombre artístico hace un par de años como firma de mis fotos. Más adelante, a finales del 2016, también lo usé en mis redes sociales. La verdad que cada vez me gusta más al ser más «exótico».
Pero ahí no queda todo. Yo quería que el blog tuviera un significado más allá del personal, por eso también utilizo Ishtar como un simbolismo de que cada uno tiene su estrella y hay que atreverse a perseguirla. Luchar por los sueños, vaya.
Aunque tenía la idea de este blog hace ya unos años (sí que es verdad que tenía de hace tiempo uno gratuito pero parece ser que para mí misma jeje), cada vez iba acumulando más escritos que se quedaban archivados en la sombra.
El último año la idea de ‘profesionalizar mi blog’ fue creciendo cada vez más y más, pero hasta que no estuve en India no sentí ese último empujón’ y esa dosis total de motivación para empezar a aprender de verdad y ponerme en acción.
Y así fue como en un viaje de 6 horas en coche, por las turbulentas y caóticas carreteras indias, es como se me ocurrió el nombre: Ishtar’s Horizons. Entre baches, acelerones, incomodidad, ruido, música estridente y, en alguna ocasión, hasta temor por nuestro conductor, es cuando se me encendió la bombilla.
Había realizado bocetos y probado con muchos nombres, ideas y palabras que para mí tenían significado, pero ninguna había encajado. Cuando apareció en mi mente este nombre pensé en cada uno de los muchos caminos que las personas pueden tomar para ser feliz. Hay multitud de caminos, al igual que lugares, destinos u horizontes, sólo hay que saber cuál o cuáles son los que mejor encajan con nosotros.
En conclusión, el nombre del blog se podría traducir como los horizontes de Esther, pero lo que viene verdaderamente a significar es que da igual las veces que caigamos, erramos, que elijamos algo que después no nos convence, que cambiemos nuestros propósitos o no sepamos dónde ir. Siempre tenemos que saber confiar en nuestro interior y hallar ese horizonte que nos está llamando constantemente a pesar de que no sepamos escucharlo.
Y si nos llama, será por algo. De cada camino se abre un sinfín de aprendizajes.
Por eso, aprendamos a seguir nuestra estrella y abrirnos a un mundo lleno de horizontes y posibilidades.