El Teide, era considerado para los aborígenes Guanches el Echeyde, la montaña sagrada y actualmente es el gran emblema de la Isla.
Como sabréis, el Teide es el pico más alto de España, el más alto de cualquier tierra que haya emergido del océano Atlántico y el tercer mayor volcán del mundo desde el lecho oceánico. Y aunque parezca que no, el volcán sigue activo.
Se prevé alguna erupción pero no se sabe cuándo. Puedes leer más aquí: Cien años esperando una erupción.
El Teide forma parte del Parque Nacional que lo acoge y abarca una superficie de 18.990 hectáreas aproximadamente. Es el Parque Nacional que más visitas recibe al año en toda España. Es Patrimonio de la Humanidad desde 2007 y Monumento Natural y espacio protegido.
El Teide en Imágenes:
Al ver las bonitas fotografías del Teide, mi mente inquieta se trasladó automáticamente a esos días increíbles tinerfeños de un agosto del 2015.
Aquellos en los que decidimos subir al Teide a pie, sin nada de teleférico (como somos nosotros, no podía ser de otro modo), con el plan de poder contemplar uno de los más espectaculares amaneceres que nunca haya visto.
Me retracto, uno de los mejores no, el mejor atardecer que en mi vida hayan podido contemplar mis malditos ojos, en el mismísimo techo de España que, para quien le guste los números, se encuentra a 3.718 metros de altitud.
Cómo no sentir de nuevo aquellas sensaciones:
♦ Subir por tus propios medios al Refugio rodeados de las livianas piedras pómez.
♦ Vislumbrar y alcanzar los ríos de lava petrificada imaginándote lo que pudo ser y lo que puede volver a suceder.
♦ Necesitar a cada paso una bocanada más profunda de aire.
♦ Pensar en la noticia del año anterior de la erupción del volcán japonés Ontake.
♦ Mal dormir en el refugio a 3.200m por la agitación del mismo día y la expectación del día posterior.
♦ Subir el último tramo con frontales en una noche oscura y sorprenderte de alumbrar a numerosas arañas que aparecieron a saludarte en el sendero.
♦ Ver y oler por primera vez el humeante azufre del cráter.
♦ Calentarte con las rocas adyacentes en la gélida cima, cuan brasero acogedor (la previsión era bajo cero pero, sorprendentemente, no pasé frío).
♦ Y, por último, ver aparecer el sol alumbrando y contorneando la extraordinaria vista insular.
Como he dicho, un atardecer espectacular que os mostraré a continuación con un reportaje fotográfico, de principio a fin, al detalle.
Porque otra cosa no, pero en teleférico no se puede observar y disfrutar, paso a paso, de todo esto:
Si lo has disfrutado y quieres que ponga más posts fotográficos-viajeros de este estilo sólo dilo en los comentarios.
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Y que la belleza natural y la fuerza nos siga acompañando…
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